Diario de Cadiz - Digital
Un intento de motín y cinco funcionarios heridos en Puerto 2
cádiz. El hacinamiento ya pasa factura en la prisión de preventivos de Puerto 2, la que soporta la mayor tasa de toda Andalucía, superior al 200 por cien, con 850 presos amontonados literalmente en sus menos de 340 celdas. En el último mes y medio, ha habido un intento de motín y cinco funcionarios han sido agredidos, unos incidentes que los trabajadores de la cárcel no albergan ningún tipo de duda que obedecen a la tensión que se vive en la cárcel.
Fue en marzo cuando los índices de masificación comenzaron a crecer peligrosamente. 765 internos se contabilizaban entonces, que, cinco meses después, han crecido en un centenar. Los colchones tirados en el suelo resucitaban la estampa de la leyenda más negra del Penal portuense. Una situación que se ha mantenido hasta principios de este mes, en el que, al disminuir la actividad en los juzgados, ha habido un cierto respiro al cesar las habituales conducciones de mediados de semana, poniendo freno a las llegadas intempestivas de grupos de treinta presos. A finales de junio, un preso al que se le comunicó que al día siguiente iba a ser trasladado al País Vasco (tenía juicio allí) abrió la caja de Pandora. El preso cargó contra un funcionario armado con un palo de escoba roto, transformado en un peligroso pincho, y una treintena de internos aprovecharon para apedrear y arrojar café hirviendo a los dos funcionarios que acudieron a socorrerle. Los tres terminaron en la enfermería, tras se rescatados por un contingente de funcionarios llegados de otros módulos para atajar la revuelta. Poco antes, una presa había agredido a dos funcionarias. La tensión por el hacinamiento explotaba, al tiempo que ponía el dedo en la llaga sobre otro problema de fondo: la falta de funcionarios para poder controlar las cada vez más masificadas prisiones
Fue en marzo cuando los índices de masificación comenzaron a crecer peligrosamente. 765 internos se contabilizaban entonces, que, cinco meses después, han crecido en un centenar. Los colchones tirados en el suelo resucitaban la estampa de la leyenda más negra del Penal portuense. Una situación que se ha mantenido hasta principios de este mes, en el que, al disminuir la actividad en los juzgados, ha habido un cierto respiro al cesar las habituales conducciones de mediados de semana, poniendo freno a las llegadas intempestivas de grupos de treinta presos. A finales de junio, un preso al que se le comunicó que al día siguiente iba a ser trasladado al País Vasco (tenía juicio allí) abrió la caja de Pandora. El preso cargó contra un funcionario armado con un palo de escoba roto, transformado en un peligroso pincho, y una treintena de internos aprovecharon para apedrear y arrojar café hirviendo a los dos funcionarios que acudieron a socorrerle. Los tres terminaron en la enfermería, tras se rescatados por un contingente de funcionarios llegados de otros módulos para atajar la revuelta. Poco antes, una presa había agredido a dos funcionarias. La tensión por el hacinamiento explotaba, al tiempo que ponía el dedo en la llaga sobre otro problema de fondo: la falta de funcionarios para poder controlar las cada vez más masificadas prisiones
pegado por Csi-Csif Prisiones | 14:44
