HUELVA DENUNCIA

La Sección Sindical de CSI-CSIF en el Centro Penitenciario de Huelva quiere denunciar ante la opinión pública de Huelva la “sobreocupación” que en estos momentos padece este centro de trabajo con unos 1.750 internos, unos 150 internos más que el año pasado por estas fechas.


Este Centro que fue inaugurado en 1996 y construido para albergar un máximo de 1.008 internos, sobrepasa en más de 700 plazas por encima de su capacidad.


Esta masificación está generando una serie de problemas como la dificultad para la clasificación interna, aspecto vital para garantizar la convivencia entre la población reclusa y garantizarla la seguridad tanto de reclusos como trabajadores; y para llevar a cabo actividades de reinserción. Es obvio que para cubrir mayores necesidades se necesitan más medios (personales sobre todo) o de lo contrario hay una merma en la calidad de las actividades y de los servicios, que es lo que está ocurriendo.


A lo citado, se une la falta de espacio en los comedores y en lugares de actividades comunes, generando más roces y tensión entre los propios internos, aumentando la conflictividad. Las celdas que estaban pensadas para albergar a un solo residente, están ocupadas por dos internos.


Todo esto está provocando situaciones de conflictos diversos para los propios trabajadores penitenciarios onubenses, así como la degradación de las condiciones laborales de los funcionarios, estando expuestos a riesgos no sólo físicos sino psicosociales (como el stress) y al llamado síndrome de burnout ( del quemado laboral).


Entre laborales y funcionarios hay uno 500 profesionales, que están soportando una sobrecarga de trabajo y problemas de seguridad. En el caso de los funcionarios encargados de la vigilancia interna del centro, en muchos módulos hay un sólo funcionario para más de 130 internos, lo que de forma global desborda e incumple la ratio interno-funcionario.


Exigimos a la Directora General de Instituciones Penitenciarias que habilite mecanismos legales, administrativos y estructurales que minimizen los efectos perniciosos para el sistema penitenciario que provocan la masificación en los centros penitenciarios.


A su vez desde CSI-CSIF queremos mostrar nuestra preocupación respecto a la situación de los internos extranjeros en prisión, que a estas fechas se contabilizan en unos 220 internos de unas 40 nacionalidades distintas en la prisión de Huelva, situación similar al resto de prisiones españolas que albergan alrededor de unos 19.900 presos extranjeros, algo mas de un 31%.


Esta población está creciendo a nivel nacional a un ritmo aproximado de 1.000 internos cada tres meses siendo el colectivo más numeroso de presos extranjeros el marroquí con casi 5.500, seguido del colombiano(2.137) y el rumano(1.365).

Pues bien, esta distribución de población reclusa, su tipología delictiva, la repartición por los centros penitenciarios y su organización interna sumado con el incremento anunciado, está desbordando no ya de por si el depauperado espacio físico, sino las relaciones interpersonales, que se deben enfrentar al desconocimiento del idioma, mayor peligrosidad de internos de determinadas nacionalidades, dificultad en la asimilación de las normas y objetivos del sistema penitenciario, etc, etc, etc


Ante esta situación, la Dirección General Penitenciaria tiene previsto poner en marcha un plan para promover el cumplimiento de penas de inmigrantes en sus países de origen.


En nuestra opinión, este plan va a resultar poco efectivo, ya que la mayoría de presos extranjeros conocen que esta opción es voluntaria y no van a cambiar el régimen penitenciario español que es muchísimo más garantista por el de sus países de origen por lo que el efecto de esta medida será inapreciable.