Funcionarios de Botafuegos auguran un invierno conflictivo

GUILLERMO ORTEGA

El sindicato CSIF pronosticó ayer un invierno "calentito" en la prisión de Botafuegos, al entender que la dirección general de Instituciones Penitenciarias no parece dispuesta a atender las principales reivindicaciones de los funcionarios.

La portavoz del sindicato, Julia Soto, recordó ayer que cuando habló en agosto en Botafuegos con la máxima responsable de las prisiones españolas, Mercedes Gallizo, le expuso los problemas del colectivo de funcionarios, el principal de ellos la escasez de personal para atender a los más de 1.600 internos. "Reconoció que existe el problema, pero no prometió ninguna salida a corto plazo", resumió.

Julia Soto entiende que Botafuegos no responde exactamente al modelo de prisión masificada, porque aunque fue concebida para albergar a poco más de mil presos, en realidad puede alojar hasta a dos mil si cada celda es ocupada por dos, cosa habitual en otras cárceles españolas.

"El problema no es ése, sino que se asignaron las plazas de funcionarios para un centro penitenciario de poco más de mil plazas. Al haber bastantes más presos, es evidente que falta personal", explicó.

"Me imagino que va a haber un invierno calentito, porque en septiembre, tras el parón judicial del verano, regresan los juicios rápidos y es previsible un aumento de la población reclusa", detalló la representante del CSIF, mayoritario en las prisiones españolas pero no en la algecireña.

El sindicato entiende que hay salidas y que hay que buscarlas de inmediato. Apunta que una de ellas es llevar a la práctica el convenio de colaboración entre Instituciones Penitenciarias y Ayuntamiento de Algeciras, que contempla potenciar las actividades formativas dentro del centro.

"Hacerlo sería positivo, porque tendría ocupados a muchos internos y eso contribuiría a que hubiera menos tensión y conflictividad", aseguró la portavoz, que se quejó de la falta de actividades de este tipo en Botafuegos. "Si no contratan más personal, se agravarán los problemas. Por ejemplo, sólo hay cuatro profesores, una cifra claramente insuficiente", afirmó.

Julia Soto también abogó por crear cuanto antes el proyectado centro de presos de tercer grado, previsto en un terreno muy cercano a la prisión y de propiedad municipal. "Esto tendría dos efectos positivos: por un lado, sería un desahogo importante para la prisión, porque muchos internos que vienen sólo a dormir no tendrían que hacerlo y los funcionarios atenderían a menos internos. Por otro, favorecería el proceso de reinserción de quienes ya han obtenido el tercer grado, que deben hacer vida en régimen de semilibertad y para los que consideramos que no es muy adecuado meternos en los módulos para pasar la noche", finalizó.